domingo, 9 de febrero de 2014

COMPLICARSE LA VIDA

Villanueva del Trabuco es un pueblo de la comarca nororiental malagueña. Sus apenas algo más de 5.000 habitantes se dedican fundamentalmente a la agricultura, principal actividad económica de la comarca. La localidad desde las primeras elecciones democráticas en 1979 ha sido gobernada por el PSOE, con la única excepción de un año, entre 1995 y 1996, en que la alcaldía estuvo en manos de IU hasta que una moción de censura se la arrebató. Desde entonces, durante los últimos 22 años, sólo ha conocido un alcalde, Antonio Vegas Morales, puesto a dedo por el anterior antes de acabar en la cárcel.
José Antonio Ordoñez Pérez nació en Barcelona aunque vive en Villanueva del Trabuco desde hace más de 30 años. No había tenido inquietud política hasta 2.007, cuando a raíz de la decisión del alcalde de construir un tanatorio en terrenos que estaban destinados a parque infantil, determinado junto a otros vecinos a no quedarse cruzado de brazos e ilusionado por los nuevos aires que la iniciativa de Manuel Pimentel, Foro Andaluz Ciudadanos por Andalucía, pareció despertar en la Andalucía de aquel entonces, decidió presentarse y participar en la vida política de su pueblo.
No era su intención tomar un papel político protagonista, de hecho inicialmente pensaba ocupar el número 6 de la lista de 13, lo cual, atendiendo a las razonables posibilidades de un nuevo partido en un feudo socialista, le daba escasa probabilidad de ganar una concejalía. No obstante alguien consiguió que las 5 personas que iban delante suya fueran abandonando por amenazas sobres sus negocios o casas, algo que él no hizo, quizá amparado por la seguridad que le otorgaba el trabajo de su mujer, maestra en el colegio de Villanueva, y acabó siendo concejal, el único concejal  de su formación.
Al poco tiempo de ocupar su lugar en la corporación empezaron los insultos y amenazas para que dejara su acta. El episodio mas grave que sufrió en aquella legislatura fue un día que lo llamaron al salón de plenos,  lo encerraron, lo insultaron, lo amenazaron y lo agredieron (todo ello quedó probado en una sentencia de 6 de agosto de 2009). El cacique local y sus secuaces estaban muy molestos porque José Antonio había pedido a la Consejería de Educación y Ciencia las actas de inspección de la guardería infantil que estaba en pésimas condiciones de salubridad y mantenimiento, y porque se atrevió a denunciar que de sus cuentas se perdían del orden de 10.000 € cada mes que no supieron explicarle a qué conceptos se destinaban. A raíz de aquella denuncia la guardería se arregló.
Las iras del equipo del cacique se volvieron a incendiar cuando José Antonio fue a la Diputación provincial a pedir explicaciones de la forma en que se gastaba en su pueblo el dinero destinado a actividades deportivas. Esta gestión también permitió que se habilitara una partida para mejorar y ampliar las instalaciones deportivas del pueblo.
Tras el nacimiento de UPyD a finales de 2007 empezó a colaborar con los pioneros de la formación magenta en la provincia de Málaga, hasta que en 2009 se afilió. Por primera vez en su vida decidió militar en un partido, pues Foro Andaluz no llegó a cuajar y quedó en una iniciativa fallida.
En la actual legislatura UPyD consiguió 2 concejales en Villanueva del Trabuco, él propio José Antonio Ordóñez y María Trinidad Ortigosa. El PSOE obtuvo 7 concejales y por tanto la mayoría necesaria para seguir mandando.
Los problemas empezaron en el momento en el que presentó una moción solicitando una auditoria municipal, moción aprobada por los todos los concejales excepto los del PSOE, que tras más de tres décadas de poder, tienen muchas razones para impedirla, tantas razones como pavor a la transparencia.
Desde ese momento empezó una persecución personal tanto en los plenos como en la calle, que continua hasta el día de hoy. La obsesión del alcalde con el concejal de UPyD es digna de libros de psiquiatría. En cada pleno dedica horas a vilipendiarlo, tanto a él como a la propia Rosa Diez. Nunca le deja argumentar sus preguntas cuando está en uso de uso de su palabra y lo ha expulsado en tantas ocasiones que ha logrado a tener el triste record de ser el concejal de toda la historia de Villanueva del Trabuco que más veces ha sido expulsado del pleno. Es lo que tiene ir a los plenos a intentar solucionar los problemas de su pueblo y no callar y tragar como hace el resto de la oposición, lo que sin duda es mucho más cómodo y, en Villanueva, más seguro.
Hace dos años José Antonio presentó en el ayuntamiento la documentación para hacer una academia. Se la negaron y declararon su casa fuera de ordenación, una casa que construyó cuando no era concejal con todos los parabienes municipales y registrales. Se declaró fuera de ordenación justo tras convertirse en concejal díscolo y por supuesto hubo de desistir de la idea.
El pasado mes de mayo, cuando estaba celebrando en el local una fiesta privada los sobrinos del alcalde lo denunciaron argumentando que no tenía licencia de apertura. Acto seguido el alcalde llamó a la policía local para que fueran a cerrar el local, ordenes que no cumplieron los agentes al constatar que lo que se estaba haciendo era legal y no encontrar razones para hacerlo. Dos meses después un funcionario íntimo amigo del alcalde y del que cobra dos sueldos, uno como electricista municipal y otro como conductor de una ambulancia con la que el pueblo no cuenta, lo amenazó de muerte en la calle con un enorme cúter.
También el año pasado intentaron denunciar a su mujer, maestra en el colegio de Villanueva  del Trabuco, por discriminar a un niño, algo que no consiguieron porque el director, secretario y la jefa de estudios hablaron con el inspector y le contaron cuál era el origen esta denuncia. Sí, pueden imaginarlo…
La situación de José Antonio es sólo un ejemplo de lo que significa complicarse la vida en esta España de 2014, ni por asomo comparable a la forma en que durante décadas se la complicaron, la pusieron en peligro o la perdieron en el País Vasco los que defendían la libertad y la democracia. Pero es complicarse la vida intentar hacer un roto en la tupida red de clientelismo tejida por el socialismo andaluz durante tantos años. Es complicarse la vida intentar despertar a los Azarías en las narices de los Don Pedros y los señoritos Ivan. Es complicarse la vida sentir en cada esquina el vacío y la incomprensión de quienes no se la quieren complicar. Es complicarse la vida buscar la justicia y decir la verdad, sin tener en cuenta los amigos o enemigos que ello acarrea.
José Antonio no es importante, como tampoco es importante UPyD. Sí es importante que sigan existiendo ciudadanos que no se conforman con ver las injusticias y criticarlas desde la barra del bar o el sofá de casa, ciudadanos que asumen un compromiso, que utilizan un instrumento de los muchos que un estado de derecho nos ofrece y pasan a la acción. José Antonio decidió formar parte del instrumento UPyD exclusivamente para ello, decidió complicarse la vida y en ello sigue… Evidentemente no sigue en política por los 37 € que le pagan los trabuqueños cada dos meses por asistir a los plenos, lo hace por algo que en muchas ocasiones dice Rosa Diez y que a él se le ha clavado en el alma y repite cuando se le pregunta por ello “Es necesario luchar por la libertad y la democracia, y prefiero hacerlo yo a que lo tengan que hacer mis hijos”.