miércoles, 31 de julio de 2013

ESPAÑOLES Y DESASTRES

A raíz del triste suceso del accidente ferroviario de Santiago de la semana pasada, y sobre todo ante el espectáculo de los días posteriores en los que hemos sido espectadores atónitos de un enfrentamiento más o menos explícito entre la media España que tenía unas prisas enormes por condenar al maquinista y la otra media que tenía el mismo interés en culpar a los recortes del gobierno, es lógico plantearse la siguiente hipótesis: “los españoles somos un pueblo cainita que siempre ha aprovechado lo que en su mano estuviera para culpar a la mitad de España en la que no se siente incluido de cualquier desastre”.

Desde el convencimiento de que resultaría fácil demostrar esta afirmación he procedido a identificar los mayores desastres naturales, grandes accidentes y catástrofes del último siglo, para buscar reacciones políticas en las crónicas de los días posteriores.

A continuación se relacionan las 36 desgracias que, sin ánimo de ser exhaustivo, he considerado destacables y dignas de análisis:

1. Murcia y Orihuela. 15 de octubre de 1879. Riada de Santa Teresa. 1.000 muertos.
2. Chillón (Ciudad Real). 27 de abril de 1884. Accidente ferroviario del puente de Alcudia. 59 muertos.
3. Santander. 3 de noviembre de 1893. Explosión del vapor “Cabo Machichaco”. 590 muertos.
4. Cartagena. 4 de agosto de 1906. Hundimiento del vapor “Sirio”. 240 muertos.
5. Málaga. 24 de septiembre de 1907. Riada. 21 muertos.
6. Torre del Bierzo (León). 3 de enero de 1944. Accidente ferroviario. Oficialmente 80 muertos (estimado entre 500 y 800).
7. Cádiz.18 de agosto de 1947. Explosión de un polvorín de la Armada. Oficialmente 152 muertos.
8. Alcalá de Henares. 6 de septiembre de 1947. Explosión de dos polvorines. 24 muertos.
9. Valencia. 14 de octubre de 1957. Gran Riada. 400 muertos.
10. Ribadelago (Zamora). 9 de enero de 1959. Rotura de una presa. 144 muertos.
11. Montseny (Barcelona). 3 de julio de 1970. Accidente aéreo. 112 muertos
12. Ibiza. 7 de enero de 1972. Accidente aéreo. 104 muertos
13. El Cuervo. 21 de julio de 1972. Accidente ferroviario. 86 muertos.
14. Tenerife. 3 de diciembre de 1972. Accidente aéreo. 155 muertos
15. La Coruña. 13 de agosto de 1973. Accidente aéreo. 86 muertos
16. La Rábita (Granada), Puerto Lumbreras (Murcia) y otras localidades. 19 de octubre de 1973. Riada. 162 muertos.
17. Tenerife. 27 de marzo de 1977. Accidente aéreo de Los Rodeos. 583 muertos
18. Alcanar (Tarragona). 11 de julio de 1978. Explosión e incendio en el camping de Los Alfaques. 243 muertos.
19. Tenerife. 25 de abril de 1980. Accidente aéreo. 146 muertos.
20. Chirivella (Valencia). 24 de septiembre de 1980. Accidente ferroviario. 27 muertos
21. Málaga. 13 de septiembre de 1982. Accidente aéreo. 50 muertos.
22. Tous (Valencia). 20 de octubre de 1982. Riada. 30 muertos
23. Bilbao. 26 de agosto de 1983. Riada. 39 muertos.
24. Mejorada del Campo (Madrid). 27 de noviembre de 1983. Accidente aéreo. 181 muertos.
25. Madrid. 7 de diciembre de 1983. Colisión de dos aviones en Barajas. 93 muertos.
26. Madrid. 17 de diciembre de 1983. Incendio de la discoteca Alcalá 20. 82 muertos.
27. Monte Oiz. Vizcaya. 19 de febrero de 1985. Accidente aéreo. 148 muertos.
28. Biescas. 7 de agosto de 1996. Riada del Camping Las Nieves. 87 muertos.
29. Melilla. 25 de septiembre de 1998. Accidente aéreo. 38 muertos
30. Turquia. 26 de mayo de 2003. Accidente aéreo del Yak 42.  75 muertos.
31. Madrid. 11 de marzo de 2004. Atentado terrorista. 191 muertos.
32. Guadalajara. 17 de julio de 2005. Incendio forestal. 11 muertos.
33. Valencia. 3 de julio de 2006. Accidente de metro. 43 muertos.
34. Madrid. 20 de agosto de 2.008. Accidente aéreo. 154 muertos.
35. Madrid. 1 de noviembre de 2012. Taponamiento del Madrid Arena. 5 muertos.
36. Santiago de Compostela. 24 de julio de 2013. Accidente ferroviario. 79 muertos

 
En el caso del accidente ferroviario del puente de Alcudia en 1884, las causas de la catástrofe hasta el día de hoy son desconocidas. Se conjetura que pudo ser un sabotaje o acto de terrorismo por parte de un grupo de anarquistas para alterar el orden público y la intención de voto, porque en ese día hubo elecciones generales (¿nos suena de algo?). De ellas salió elegido presidente por el procedimiento de alternancia o turno de partidos y pucherazo electoral Antonio Cánovas del Castillo, asesinado años más tarde también por un anarquista. El día anterior, el 26, habían ido a la cárcel por desórdenes públicos varias personas en Cádiz, Córdoba y Barcelona. El suceso dio mucho que hablar, no sólo en las gacetas. Sin duda en este caso no podemos obviar la politización del accidente. Se sostiene la hipótesis de partida.

La explosión del vapor Cabo Machichaco, en 1.893 en el puerto de Santander, produjo la muerte de 590 personas, incluidas la práctica totalidad de las autoridades y fuerzas vivas santanderinas que andaban en el entorno del barco ajetreados por el incendio previo a la explosión.  A sólo unos meses de la llegada al poder del liberal Práxedes Mateo Sagasta y con el conservador Antonio Cánovas en la oposición, no he podido encontrar evidencias de que el accidente fuera utilizado en la trifulca política de la época. El primer informe “oficioso” de las causas del accidente lo emitió el obispo al día siguiente, advirtiendo que “...la imprevisión y la codicia han podido tener no pequeña parte” y, tras recordar que “no caerá un cabello de nuestra cabeza sin la permisión de nuestro Padre celestial”, invitó a la chocada población a examinar “...si las blasfemias, la profanación de las fiestas, y otros pecados públicos que se consienten .../... pueden haber provocado su justo enojo...”. Dicen las crónicas que, “para infundir la calma a los vecinos que quedaron en Santander la tarde en que se comenzó la extracción, el ministro de Hacienda, señor Gamazo, el Gobernador civil, señor Jimeno de Lerma, el señor marqués de Comillas, el presidente de la Diputación, señor Sainz Trápaga, y varios diputados y concejales, recorrieron la ciudad y se estuvieron paseando por los muelles”. Al parecer esta reconfortante costumbre tiene al menos 120 años. Los que deseen conocer más detalles sobre el que posiblemente haya sido el mayor accidente ocurrido en España tienen una lectura muy recomendable en Luis  Jar  Torre  -  UN  DESASTRE  A  LA  ESPAÑOLA. La explosión del vapor "Cabo Machichaco" en Santander. Publicado  en  la  Revista General de Marina,  noviembre de 2009, y una abreviada en este link http://www.grijalvo.com/Jar/Cabo_Machichaco.htm.
 
 
 
 
Las catástrofes acaecidas durante el franquismo tienen una muy limitada lectura política:

El accidente ferroviario de Torre del Bierzo en 1944 fue objeto de censura informativa. Las autoridades del régimen franquista ocultaron la verdadera dimensión de la catástrofe, reconociendo sólo 80 muertos frente a los más de 500 que algunas estimaciones posteriores pudieron calcular. El pésimo estado de las infraestructuras ferroviarias, pobremente mantenidas debido a la precaria y prolongada situación de posguerra, fueron en buena medida las responsables del accidente.

En 1947 se produjeron las explosiones de dos polvorines militares en Alcalá y uno en Cádiz. El hecho fortuito de la explosión de los polvorines de la ciudad complutense fue utilizado por el gobierno franquista para detener, reprimir, y encarcelar a jóvenes militantes del PCE y de las JSU. Ocho de estos militantes fueron condenados a muerte y ejecutados en la prisión de Ocaña en julio de 1948. No hay expresión más brutal de la utilización política de un accidente. En el caso de la gran explosión de Cádiz, el régimen también ocultó información y minimizó los efectos de la catástrofe, reduciendo la cifra oficial de fallecidos a 152, aunque los gaditanos contaron muchísimos más. http://cadizpedia.wikanda.es/wiki/La_Explosi%C3%B3n_de_C%C3%A1diz_-_1947.

La gran riada de Valencia de octubre de 1957, que dejó más de 400 muertos, sí tuvo ciertas consecuencias políticas. Tras la riada, ante la tardanza de las ayudas por parte del gobierno, el alcalde de Valencia, Tomás Trénor Azcárraga, se enfrentó a Franco, el cual le destituyó, pero el alcalde logró su objetivo ya que a partir de sus críticas se agilizó la ayuda a la ciudad y el proyecto del Plan Sur.

La rotura de la presa de Ribadelago en el 1959, que dejó 144 muertos, también se vio condicionada por la dictadura. El proceso judicial posterior seguido en la audiencia Provincial de Zamora culpó en exclusiva a un encargado de obra, mientras que los directivos de Hidroeléctrica Moncabril, la titular de la explotación, señalados en el proceso resultaron con penas de privación de libertad tan exiguas que nunca ingresaron en prisión y, tras los recursos interpuestos, fueron indultados por el Gobierno. El régimen franquista nunca depuró a los posibles responsables políticos e intentó en todo momento minimizar el alcance de la noticia de la catástrofe, que se saldó con exiguas indemnizaciones de apenas 90 000 pesetas de la época por cada fallecido varón, 60.000 pesetas por cada mujer fallecida y 25.000 pesetas en caso de bebés o niños. ¿Todavía habrá quien defienda que la vida de una mujer para la España nacionalcatólica valía lo que la de un hombre?

 
 
El convulso 1977 fue testigo del mayor accidente aéreo de la historia mundial. Fue en el aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos, y en él 583 personas perdieron la vida. El cierre del aeropuerto de Las Palmas por un aviso de bomba obligó a desviar algunos tráficos al entonces único aeropuerto tinerfeño, cuya capacidad era muy limitada. Ello unido a otras circunstancias como errores en la interpretación de los mensajes de la torre de control, las prisas del piloto holandés de KLM y la niebla, dieron pie a la tragedia. Es país quedó conmocionado, pero la crítica política nos sobrepasó los límites de lo razonable.
 
 
 
En una incipiente democracia y con nuestra Constitución en ciernes, en julio de 1978, se produjo el accidente de un camión con propileno, su explosión e incendio en el camping de Los Alfaques en Alcanar (Tarragona), dejando 243 muertos. Los vecinos de San Carles de la Rápita se manifestaron al día siguiente exigiendo a la autoridad gubernativa desviar de la N-340 el tráfico de mercancías peligrosas, llegando a increpar a los políticos que se acercaron al lugar de los hechos, incluido el mismísimo Josep Tarradellas. Los gobernadores civiles de Tarragona y Barcelona acordaron  prohibir el tráfico de transporte de material combustible por la carretera nacional para trasladarlo a la autopista. La inacción del Ministerio de transporte muy cuestionada en prensa. A raíz de este accidente se promulgaron regulaciones más severas en relación con el transporte de materias peligrosas. No se produjo una lucha partidista amparada en este drama.

El año 1983 al poco tiempo de la llegada al poder del PSOE, fue posiblemente el annus horribilis de nuestro país. La riada de Bilbao, que dejó 34 muertos y 5 desaparecidos, dos accidentes aéreos en apenas 10 días en Madrid, que dejaron 274 muertos y el incendio de la discoteca Alcalá 20, también en Madrid, con 82 muertos,  supusieron un mazazo para la sociedad española, cuya moral ETA se encargaba de hostigar, ese año con 44 asesinatos.
 
 
 
El 29 de agosto José Luis Barbería firmaba en El País la siguiente crónica dos días después de la riada del Bilbao: “El barro ha cubierto por igual los uniformes verdes de los guardias civiles y a los simpatizantes abertzales, que codo con codo han formado parte de la misma cadena humana que evacuó ayer el material inutilizado de una fábrica en Galdácano. Los recelos iniciales se suavizaron con el esfuerzo del trabajo, y unos y otros fumaron del mismo paquete de cigarrillos y comieron bocadillos preparados por la misma mano. En estas horas, la solidaridad es capaz de romper muros de incomunicación, arrogancia y odio, construidos durante muchos años”. Al margen de esta visión quizá excesivamente optimista de la situación, lo cierto es que la catástrofe no dio lugar a recriminaciones partidistas de importancia.

El accidente de Avianca el 27 de noviembre, que produjo 181 víctimas, se debió a un fallo humano, y no dio lugar a reacciones ni interpretaciones contrapuestas. Algo muy distinto ocurrió diez días después, el 7 de diciembre, cuando chocaron en la pista de Barajas un Boeing 727 de Iberia con destino a Roma y un DC-9 de Aviaco con destino a Santander. En este caso las deficiencias en la seguridad fueron determinantes: no existía un radar de tierra en el aeropuerto y la señalización del aeropuerto era muy deficiente al estar líneas despintadas, lo que unido a la situación de niebla, propició la confusión del piloto del DC-9 que se interpuso en el despegue del Boeing. Pese a estas evidencias las reacciones políticas partidistas no fueron destacables.

El incendio de la discoteca Alcalá 20 causó en su momento un escándalo nacional que llevó a replantearse la seguridad de los locales públicos ya que no tenía salidas directas a la calle, las vías de evacuación tenían recorridos demasiado largos, todas las escaleras presentaban deficiencias, las puertas y los cierres no eran reglamentarios y no existía salida de humos. Las reacciones políticas contra el ayuntamiento de Madrid que regentaba el profesor Tierno Galván fueron muy limitadas. Pese a que el local contaba con la licencia municipal, once años después del suceso, en 1994 la Audiencia nacional condenó a los cuatro propietarios a dos años de prisión por imprudencia temeraria, absolviendo a los responsables políticos.
 
 
 
El accidente del Boeing 727 en Sondika en 1985, en el que murieron 148 personas, sí produjo una dura reacción del presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, que criticó a la Administración como responsable de la "situación de deterioro general del país". Fraga tomó como punto de partida de sus manifestaciones lo que calificó de mal funcionamiento de la comisión del Congreso que investigaba las catástrofes aéreas ocurridas el 27 de noviembre y el 7 de diciembre de 1983 en Madrid y de la que se retiró el Grupo Popular. Fraga, tras dedicar un recuerdo elogioso al ex ministro de Asuntos Exteriores Gregorio López Bravo, fallecido en el accidente aéreo, manifestó: "Yo vengo diciendo que la Comisión de Catástrofes Aéreas del Congreso viene funcionando insatisfactoriamente; por eso el Grupo Popular se ha retirado de la misma. Éste es un caso más del deterioro general del país y de su Administración. El Gobierno algo tendrá que decir. Es una catástrofe más, de acuerdo, pero una catástrofe entre las muchas que se vienen produciendo”.

El desastre de camping de Biescas en agosto de 1996 produjo 87 muertos y una sola reacción política destacable, y muy comedida, la de Félix Martínez de la Cruz, dirigente de IU, que hizo un llamamiento a las demás fuerzas políticas para que se procediera a la revisión de la ubicación de todos los cámpings de España e insistió en que la necesidad de una investigación de lo ocurrido para delimitar responsabilidades.
 
 
 
Todo cambió el 19 de noviembre de 2002 con el hundimiento del Prestige. La utilización política del desastre y la movilización social que suscitó, sin entrar en las razones de fondo, la bondad o maldad de las decisiones del gobierno y su forma de reaccionar ante la catástrofe, rompió más de un siglo de moderación,  creando un precedente en el que seguimos incursos, y no me estoy refiriendo a la contestación social, al sano activismo ciudadano en la calle, sino al uso perverso y partidista del suceso.
 
 
 
Un año después se produjo el accidente aéreo del Yak 42. Las reacciones mediáticas, políticas y sociales fueron muy duras, posiblemente con toda la razón. La Comisión de Defensa del Congreso reprobó al ex ministro de Defensa Federico Trillo declarando que "la responsabilidad de los poderes públicos por las graves negligencias detectadas en el seguimiento y control de la contratación del vuelo del avión siniestrado, así como los importantes errores del proceso de identificación de cadáveres, durante el cual se constató además un constante y claro menosprecio a las familias, no corresponde exclusivamente a las instancias militares, sino que afecta directamente a las autoridades políticas, en concreto al ministro de Defensa Federico Trillo, que ejercía las máximas funciones de dirección de la Administración Militar y de la defensa en el tiempo que tuvieron lugar los hechos".

Del desastre siguiente, el atentado de Madrid de 11 de marzo de 2004, no hay nada que podamos añadir al respecto de su politización. Hoy, 9 años después, siguen corriendo ríos de tinta y siendo una herida y un debate abierto, con una verdad judicial cuestionada por una parte significativa de españoles. La politización de este drama es parte intrínseca del mismo.

El incendio de Guadalajara en julio de 2005 fue interpretado por muchos como el Prestige de Rodríguez Zapatero. El debate político fue encarnizado, y la utilización de la tragedia con fines partidistas se produjo sin ningún tipo de miramientos.

La misma situación se dio en 2006 con el accidente de metro de Valencia. Desde las causas del accidente hasta la forma de gestionarlo y la información posterior han sido y siguen siendo objeto de polémica, no sólo técnica sino política.

El accidente aéreo de Barajas de agosto de 2008, que dejó 154 muertos, también dio pie a distintas interpretaciones, aunque ciertamente este debate no se centró en el plano político, a todas luces ajeno a las causas del desastre.

Culminamos este lúgubre repaso con el desgraciado incidente del Madrid Arena el año pasado y con el reciente accidente ferroviario de Santiago de Compostela. La utilización política de ambos hechos ha sido exagerada, aunque en este último caso, con desgraciadas excepciones, los partidos se han mantenido decorosamente al margen, habiendo dejado todo el protagonismo a sus huestes de correligionarios tanto en Redes Sociales como en la barra brava de tertulianos y opinadores que se extiende por cadenas de radio y televisión.

Iniciabamos este artículo desde el convencimiento de que el cainismo español había sido siempre el mismo, que desde que alcanza la memoria unos y otros no han dudado en tirarse a la cara los muertos inocentes de cualquier desgracia, tuviera el origen que tuviera. Debemos reconocer que esa tesis no se sostiene.

Hubo una época en la que los partidos, todos, y la inmensa mayoría de los españoles daban ejemplo de saber estar, de que no todo valía. Fue una época muy dura, con ruido de sables incluido y el martilleante goteo de víctimas inocentes que la banda asesina ETA nos arrojaba cada año; fueron años en los que la sombra y el recuerdo de la dictadura estaban demasiado cerca; fueron años protagonizados por una generación de españoles tan endurecida como ilusionada. Fueron años en los que manteníamos algo más las formas, quizá porque éramos gente obediente hasta en la cama, gente que sólo pedía vivir su vida sin más mentiras y en paz, gente que sólo deseaba su pan, su hembra y la fiesta en paz.

Eso ya pasó. Alguien abrió la veda a la mala fe, la falta de respeto, principios y escrúpulos, el todo vale, y una gran cantidad de españoles entraron por ella arrasando con todo, los más básicos principios incluidos, para alojarse y no salir. Podemos echar la culpa a las nuevas tecnologías que facilitan el canal, y pueden magnificar los mismos instintos que antes quedaban limitados al círculo personal. Podemos echar la culpa a la proliferación de medios de comunicación de todo pelaje, a las cadenas de televisión privadas necesitadas de sangre fresca para mantener sus niveles de audiencia, que hace unas décadas no existían. Podemos echar la culpa a los partidos, a la crisis política y la frivolización del sentido institucional de la acción de gobierno y oposición, al deterioro de la vida pública. Podemos echar la culpa a los tertulianos, los periodistas, los políticos, los maquinistas o los pilotos sociales…

Pero la única culpa la tenemos los españoles, todos nosotros, uno a uno, los que participamos activa o pasivamente en estos linchamientos al sentido común y la dignidad como pueblo que practicamos cada vez más a menudo. No sé si hay dos Españas, pero sí sé que o la tercera España despierta y toma las riendas o la mala leche nos lleva a la ruina.

miércoles, 24 de julio de 2013

TONI CANTÓ

Antonio Cantó García del Moral es diputado por Valencia del Grupo Unión Progreso y Democracia en la X Legislatura.


Toni Cantó fue elegido para encabezar la candidatura de UPyD por Valencia mediante elecciones internas celebradas el 17 de septiembre de 2011 en la que pudieron votar todos los afiliados de la provincia sin avales ni condiciones. Compitió con otros dos candidatos y fue elegido por un 93,65% de los votos emitidos con una participación del 41%.

Toni Cantó es miembro de 9 comisiones del Congreso: Educación y Deporte, Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Cooperación Internacional para el Desarrollo, Cultura, Igualdad, Peticiones, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, Políticas Integrales de la Discapacidad y Estudio del Problema de las Drogas, en seis de las cuales actúa como portavoz, así como de las subcomisiones de Racionalización Horarios, Conciliación y Corresponsabilidad y de la de Análisis de Problemas Estructurales del Sistema Sanitario.

Toni Cantó ha sido ponente en diez proyectos legislativos sobre materias tan dispares como la lucha contra el dopaje y la salud de los deportistas, ley de costas, medio ambiente, cooperativas agroalimentarias o la cadena alimentaria.

La página web del Congreso recoge que el diputado de UPyD ha realizado una pregunta oral en pleno, nueve preguntas orales al gobierno en Comisión y ochenta y seis preguntas escritas (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Diputados/BusqForm?_piref73_1333155_73_1333154_1333154.next_page=/wc/fichaDiputado?idDiputado=282&idLegislatura=10).

Durante el año 2012 el diputado valenciano fue el primero del Hemiciclo en número de intervenciones, la actividad más genuinamente parlamentaria, con un total de 166 entre el pleno y las diferentes comisiones, seguido, con 144 intervenciones, de Álvaro Anchuelo, también de UPyD y del nacionalista vasco Emilio Olabarría, con 133 parlamentos diferentes, seguido por Rosa Díez, portavoz de UPyD, con 117, Olaia Fernández, del BNG, con 114 e Irene Lozano, también de UPyD, con 111 intervenciones (http://www.publico.es/espana/447995/guerra-y-barreda-los-diputados-mudos-mas-notables-del-psoe).

Toni Cantó, como el resto de diputados de UPyD no falta a su puesto de trabajo en el Congreso, por lo que tiene que ver demasiadas veces la soledad del hemiciclo. El hecho de fotografiarlo y denunciarlo le llevó a soportar que un diputado del PP le dijera "vuelve a la farándula", eso si con una perfecta dicción y sin ánimo de mofa.


Toni Cantó se negó a cobrar la dieta por desplazamiento y residencia que reciben los diputados de otras provincias al tener casa en Madrid (como no le permiten renunciar a ella, la dona a una ONG). También es responsable de la intervención en el Pleno del Congreso que tiene más visionados en youtube de la historia (más de 2.000.000), tan sólo por decir un puñado de verdades. (http://www.youtube.com/watch?v=zOhHEvBqxb0)
  
Nada de esto es noticia, como tampoco lo es que once diputados de la oposición sigan vírgenes en lo que se refiere a la presentación de preguntas escritas al Ejecutivo, algunos de ellos porque por su cargo se dirigen a la bancada azul de viva voz (como Alfredo Pérez Rubalcaba o Elena Valenciano), pero no el resto: Alfonso Guerra, José Antonio Viera y María Isabel Pozuelo (PSOE), Feliu-Joan Guillaumes i Ràfols (CiU), Maite Ariztegui y Onintza Enbeita (Amaiur), Pedro María Azpiazu e Isabel Sánchez (PNV) y Rosana Pérez (BNG).

Por supuesto tampoco es noticia que haya 21 diputados que no hayan presentado una sola iniciativa en lo que va de legislatura. Algunos de ellos con lógica por los cargos que desempeñan (caso del presidente del Gobierno, su vicepresidenta, el presidente del Congreso o los ministros que son diputados). Sin embargo hay otros once diputados ajenos a estos cargos que no se han estrenado todavía. Seis son del PP, cuatro del PSOE y uno de CiU. No hay ninguna explicación aparente para la inactividad de los seis populares, pero menos aún de los cinco opositores. El primero es el de Leopoldo Barreda, que ni siquiera tiene un cargo relevante en una comisión (es portavoz sustituto, ponente de la Ley Orgánica de reforma del CGPJ y vocal de cuatro comisiones). Igual que la veterana socialista María Isabel Pozuelo, seis veces diputada, que no tiene iniciativas con idénticas ocupaciones en la Cámara. Alfonso Guerra, histórico miembro del PSOE y único que ha sido diputado en las diez legislaturas de la democracia, tampoco tiene iniciativa alguna, aunque en su caso sí preside una comisión, y es vocal de otra. El exconsejero andaluz de Empleo José Antonio Viera tampoco tiene iniciativas, a pesar de que sus labores se limitan a ser vocal en dos comisiones y vicepresidente segundo en otra. Su más que previsible próxima imputación por el caso ERE,s quizá justifique que tenga la cabeza en otras cosas, por lo que sus votantes de la provincia de Sevilla por la que salió electo seguro que le disculpan esta falta de actividad pese a los 5.600 € mensuales que cobra. En el caso de Feliu-Joan Guillaumes de CiU, el hecho de que compagine su labor en el Congreso con una concejalía y la portavocía de su grupo político en el Ayuntamiento barcelonés de Mollet d'en Vallés, puede explicarlo, aunque justificarlo tendrá que hacerlo ante sus electores de la provincia de Barcelona.

Ninguno de ellos son noticia, ninguno de ellos incendia tuiter, ninguno de ellos ocupa las redacciones de los medios de comunicación, ni es motivo de pretendida “indignación” de internautas y ciudadanos.

En cambio Toni Cantó vuelve a ser noticia por su actividad en tuiter, no por sus más de 25.000 tuits (Rubalcaba lleva 10.300, Elena Valenciano 1 ó Mª Dolores de Cospedal 1.200), sino por el que escribió en el día de ayer en el que parodiaba la dicción de Mariano Rajoy y criticaba la elección por parte del Presidente del mes agosto para comparecer en el Congreso. Cantó tuiteó "No queríaish comparecencia? Puesh osh la voy a poner el día uno d agoshto,a ver como osh lo montáish con vuestrash familiash".

Las reacciones han sido inmediatas, como en otras ocasiones. En este caso los usuarios le recriminan la poca seriedad de su comentario y el mal gusto de burlarse de un problema de dicción. Toni Cantó rectificó rápidamente su tuit y pidió perdón por su contenido: "Y siento la imitación de antes...la verdad es que no procedía". Evidentemente no es suficiente, como tampoco lo es que la propia Rosa Díez haya dicho que el tuit le parece inapropiado y fuera de lugar, sin más paliativos, ni intento de justificación o descarga. Las hordas siguen clamando por su cabeza y ajusticiamiento en plaza pública.

No es la primera vez, hace apenas cinco meses tuvo otro tropiezo al dar crédito a una información no contrastada y difundir que “la mayoría de denuncias por violencia de género eran falsas”. Aunque se equivocó al exagerar la situación y usar “la mayoría”, en vez de un “muchas”, que no habría sido incorrecto, pidió perdón horas después por haber dado por verdaderos datos sobre un tema tan grave como es la violencia de género, pero la avalancha de reacciones en contra, entre las que se incluyen que le llamen misógino o maltratador un día sí y otro también, ya es histórica.

Sin entrar en la oportunidad, corrección o improcedencia de estos tuits nos debemos preguntar si la reacción suscitada, si la repercusión mediática de los mismos, es proporcional, ponderada, lógica, razonable o hay otras causas que la magnifican.

Y la respuesta no puede ser otra: claro que no lo es. Toni Cantó es el blanco de las iras de una legión de ciudadanos con mala conciencia. Desde los meapilas de la corrección política, que se alarman ante una inocente parodia que aplaudirían a José Mota o al Toni Cantó actor, pero en el Toni Cantó representante público es inapropiada o al menos muy cuestionable, hasta la legión de cibersoldados de otros partidos, pasando por los comandantes que éstos tienen en los medios de comunicación concertados, todos tienen un blanco fácil.

Y hablo de ciudadanos con mala conciencia porque lo que realmente les irrita es tener ahí a uno de los suyos, un ciudadano, al que en su condición de actor el destino patrio le tenía preparado sólo el papel que a los actores les está permitido: el de lectura de comunicados al cierre de manifestaciones contra el gobierno, el de reivindicador de la lucha de clases, de la opresión capitalista o las bondades del régimen cubano, el de firma de los manifiestos del club del entrecejo, el de miembro de plataformas de apoyo a lo que sea, el de animador político de galas de los Goya, o a lo sumo el de opinador tertuliano en algún canal de telebasura.

Toni Cantó está pagando su condición de intruso. Se ha colado en la principal institución del Estado, la sede de la soberanía popular, y se atreve a trabajar, dar ejemplo y rendir cuentas a los 84.277 valencianos que le votaron, a los que no y al resto de los españoles. Toni Cantó ha tenido la osadía de improvisar, cambiar el guión de la película, abrir la ventana e irrumpir con aire fresco. Los mismos que acusan a Rosa Díez de llevar toda su vida en política, de formar parte de la “casta”, acusan a Toni de ser un novato, un bufón del Congreso populista y demagogo, o los centenares de calificativos con que lo intentan atacar, en un escorzo intelectual de incoherencia, porque no califican sus hechos, ni sus palabras, porque lo que cuestionan es su propia presencia. Esa decisión de tomar partido, arremangarse y ponerse a trabajar para cambiar las cosas en vez de criticarlas en la calle, cuando te pone por delante un micrófono un periodista que te pilla de camino entra la SGAE y la clínica Rúber, es intolerable.

No puedo dejar de comparar esta situación, salvando las distancias y corriendo el riesgo de que también me llamen demagogo, con la de Rosa Parks, Victoria Kent y otros muchos pioneros, esos que se salieron del guión y decidieron hacer algo para lo que la sociedad de su tiempo no estaba preparada. Estoy convencido que la incomprensión más dolorosa que sufrió Rosa Parks vino de los negros, no de los blancos, y las críticas más ácidas e hirientes que recibió Victoria lo fueron de mujeres no de hombres. De la misma forma el mayor encarnizamiento contra Toni no procede de la llamada clase política, sino de ciudadanos con un profundo y particular síndrome  de Estocolmo. Más recientemente el propio José Antonio Labordeta, también en la misma cámara tuvo que soportar expresiones del tipo “vete con la mochila a Teruel”, o “¿qué me dices cantautor de las narices?”. Labordeta no aguantó más y los mandó a todos a la mierda, muy incorrecto también, bastante más que el tuit de Toni, y en sede Parlamentaria, pero con el que muchísimos españoles nos sentimos muy identificados entonces y ahora.

Toni se ha equivocado, se equivoca posiblemente varias veces al día, porque es humano. Es humano, actor, cómico, y también Diputado, le pese a quien le pese.

Fernando Iwasaki en el acto que UPyD celebró en Vistalegre el 3 de abril de 2011 con objeto de la presentación de los candidatos de UPyD a las elecciones autonómicas y locales de mayo de ese año, acabó su intervención con unas palabras que no puedo dejar de recordar:

“Tenemos que dirigirnos a nuestros candidatos y exigirles rectitud, decencia y honestidad. A los adversarios, a los rivales, se les puede admirar o no, nos pueden indignar, pero de ninguna manera nos pueden avergonzar porque no son de los nuestros. Sólo uno de nosotros podría arrasarnos de vergüenza a todos. Por eso quiero terminar diciéndoles que la decencia es uno de los más valiosos valores de nuestro patrimonio, tenemos que cuidarla para poder seguir diciendo que estamos orgullosos de pertenecer a Unión Progreso y Democracia” (http://www.youtube.com/watch?v=TIUOEXvYHD8).

Toni puede tener una seguridad: él con todos sus errores no nos avergüenza, muy al contrario nos hace sentirnos orgullosos. Él en sí mismo es el paradigma del conjunto de UPyD, es un marciano que ha llegado donde no se le esperaba para defender principios y no para pastelear con ellos. Debe saber que la mayoría preferimos estar representados por alguien que no piensa dos veces lo que escribe porque al albergar la verdad en su corazón no teme que su lengua o sus tecleos lo traicionen, que por alguien que lo tiene que pensar todo mil veces, que tiene que medir sus palabras, o que prefiere no decir nada sustancial o no abrir la boca, hasta el punto de tenerlo que llevar a rastras a dar la cara, por todo lo contrario.





(Los datos utilizados en este articulo proceden en su mayoría del siguiente informe de Borja Ventura publicado en Terra: http://noticias.terra.es/cuatro-diputados-rasos-no-han-presentado-una-sola-iniciativa-en-el-congreso-en-lo-que-va-de-legislatura,d6e5c1032c4ee310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html)

viernes, 12 de julio de 2013

LA DEFENSA DE LOS SUYOS


Algunos datos:
Un funcionario corrupto de la delegación provincial de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Almería, imputado por robar 300.000 €. (http://www.elconfidencial.com/espana/2013/04/25/la-junta-ignora-el-paradero-de-300000-euros-lsquodesaparecidosrsquo-en-medio-ambiente-119617/)
La Junta lo denunció, no asumió su defensa, ni se lo planteó, como debe ser.

Dos funcionarios de prisiones  y dos policías locales de Barcelona detenidos por corrupción (http://actualidad.orange.es/nacional/detenidos-dos-funcionarios-prisiones-y-dos-policias-locales-por-supuesta-corrupcion.html)
Ni el Ministerio del Interior ni el ayuntamiento de Barcelona asumieron su defensa, ni se lo plantearon, como debe ser.

Operación Pitiusa, casi una treintena de detenidos por compraventa de datos personales y empresariales, entre ellos funcionarios de la Agencia Tributaria, Policías y Guardias Civiles (http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/policia-nacional-detiene-treintena-detectives-funcionarios-caso-pitiusa/1784952/)
Ni el Ministerio de Hacienda ni el de Interior asumieron su defensa, ni se lo plantearon, como debe ser.

Tres funcionarios, dos Guardias Civiles y el Jefe de la Policía Local de El Molar acusados de delito contra la salud pública, cohecho y omisión del deber de perseguir delitos. (http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/14/madrid/1216009983.html)
Ni el Ministerio del Interior, ni el ayuntamiento de El Molar se plantaron asumir su defensa, como debe ser.
 
Veinte cargos y excargos del gobierno andaluz, entre ellos la exconsejera y exministra Magdalena Álvarez,  imputados por una de las mayores estafas y apropiación indebida de dinero público mediante el uso irregular del fondo de los ERE en Andalucía.
 
Y sí, la Junta de Andalucía se plantea asumir su defensa y recurre el auto ante el Juzgado, en el que estaba personada como acusación particular, como no debe ser, pero es.

 ¿Por qué un trato tan distinto?
¿Será porque estos últimos no son policías o funcionarios corruptos, son altos cargos, de “los suyos”, les han tocado la familia, la tribu…?.
¿O quizá sea porque los primeros actuaban solos y a nadie más tienen que implicar, y estos últimos forman parte de un sistema orquestado y diseñado para delinquir?
¿O quizá sea porque hay delitos de primera, inaceptables,  y delitos de segunda, consentibles?.
¿O quizá sea porque hay delincuentes comunes y delincuentes políticos?.

Y por si queda alguna duda:
1) Es FALSO que la Junta esté obligada a defender o costear la defensa de los imputados por los ERE. El artículo 92 del Reglamento de Organización y Funciones del Gabinete Jurídico de la Junta de Andalucía, establece que esta posibilidad es potestativa y no obliga a la Junta a hacerlo.
2) En todo caso requiere que se dé la circunstancia de la autorización correspondiente del consejero de la Consejería de que se trate. Por tanto es necesario una voluntad y decisión política.
3) Esta decisión en caso de ser positiva debe estar fundamentada y darse la condición de que se trate de actos u omisiones realizados en el ejercicio de sus cargos cumpliendo el ordenamiento jurídico o las órdenes de sus superiores. Es decir, evidentemente este artículo no estaba pensado para este tipo de casos, en los que no se ha cumplido el ordenamiento jurídico, que es lo que el propio auto de la juez pone en duda. Este artículo está pensado para defender a los servidores públicos de demandas de terceros en el ejercicio de sus funciones en defensa de la Administración y en el ejercicio de sus obligaciones. En este caso es la propia Administración la afectada por estas decisiones. El artículo 93 dice "resultando procedente". Si hay un caso en el que no resulta procedente es éste.
4) Una posibilidad de que la Junta pudiera plantearse financiar la defensa  es que los imputados la solicitaran y reconocieran ante el juez que se limitaban a cumplir las órdenes de su superior, y eso en el caso de Magdalena Álvarez sería acusar a Manuel Chaves y Antonio Lozano, Director General de Presupuestos desde 2002 a 2009, a José Antonio Griñán y Magdalena Álvarez.

Se indignan cuando nos referimos a ellos como la “casta”, pero como casta se comportan, y como casta mueven todos los hilos y ponen la Administración a su servicio.

Lo que es evidente es que los funcionarios adscritos a los Servicios Jurídicos de la Junta que ganaron su plaza en oposición, nunca imaginaron que iban a acabar defendiendo más chorizos que si se hubieran quedado en el turno de oficio del Juzgado al que le corresponden las 3.000 viviendas de Sevilla.
 
 
 
 

 

lunes, 8 de julio de 2013

PRIMARIAS CLIENTELARES

Que la democracia española está gravemente enferma ya no lo duda nadie. El CIS se encarga de recordarnos mes a mes que el distanciamiento entre los ciudadanos y sus políticos se agranda, y éstos no sólo ya no son percibidos como servidores públicos que resuelven problemas, sino como uno de sus mayores de ellos.

Pretender una democracia representativa de calidad instrumentada a través de partidos políticos sin democracia interna es una auténtica ingenuidad. Y claro que es el déficit de democracia en el interior de los partidos una de las principales causas de esta situación.

Los dos grandes partidos han articulado mecanismos de autodefensa perfectamente diseñados para su perpetuación. Este sistema no se basa en la ideología, ni en las ideas, ni en el proyecto político, ni en la capacidad de personas, ni en nada que pudiéramos considerar moralmente defendible. Se basa única y exclusivamente en el clientelismo, en el trafico de favores, en la compraventa de expectativas personales, en el intercambio de poderes y micropoderes, en el reparto de influencias, en el “apóyame en esto, que yo te apoyaré en lo otro”, en el “acuérdate de mí”, o el “acuérdate de aquello”…

El circo que el socialismo andaluz nos está brindando estos días es una prueba palpable de esta situación. Resulta bochornoso ver a Luis Plana mendigar avales y pedir que le abran las sedes socialistas para montar reuniones y organizar su candidatura o a José Antonio Rodríguez clamar desde su atalaya de tuiter a sus seguidores las firmas necesarias, pero lo más bochornoso es observar el despliegue mediático montado por el aparato socialista en torno a la “jóvena” Susana, arropada en su presentación por 800 estómagos agradecidos o por agradecer y 200 palmeros mediáticos y no mediáticos.

Es un insulto a la inteligencia pensar que la mejor opción para el PSOE y para Andalucía es una treintañera que necesitó 10 años para acabar la licenciatura de Derecho, sin ningún tipo de experiencia laboral en el mundo real, sin haber pagado ni cobrado una nómina ganada en la calle y que lo único que ha demostrado hasta el momento es su gran capacidad de medrar en los vericuetos intestinales del partido político que está protagonizando uno de los mayores fraudes y robo de dinero público de la historia de España, cuyo mentor acabará sentado en el banquillo.

Pero sobre todo es un insulto a los militantes de base del PSOE-A que lo son por convicción ideológica y no por mantener un carguito (que no sé si hay alguno, quiero pensar que sí, que muchos….), y un insulto a los ciudadanos andaluces, votar para la Secretaría General del partido y de la candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía, no al más preparado y capaz, que sin duda es Luis Planas, o al más renovador, que sin duda es José Antonio Rodríguez, sino a la ungida por un preimputado.

Porque es evidente que los militantes que voten a Susana Diaz no lo harán pensando en que sea lo mejor para su partido y para Andalucía, sino en sus intereses personales. Votarán pensando clientelarmente, porque ese voto no es para ellos más que la moneda con la que pagar el derecho a seguir gozando de la simpatía del aparato necesaria para mantener ese carguito, ese sueldo o esa cota de poder. Éste es el cáncer del clientelismo, sus síntomas y sus consecuencias.







En el Partido Popular, impera su pragmatismo, la concepción cuasi empresarial del partido, la dedocracia. Esa ausencia de democracia interna resulta menos insultante que la apariencia de democracia interna socialista y quizá menos dañina para la democracia. El PP no engaña a nadie, no defrauda a nadie, no crea falsas expectativas, no disimula, no cree en la democracia interna. El PSOE tampoco, pero se niegan a reconocerlo y montan todo un circo con presentadores, algunos trapecistas, muchos payasos y un público entregado con entrada libre, bocata y cerveza, para hacernos creer lo contrario. Porque el PSOE nos insulta permanentemente, considera a los ciudadanos menores de edad y merecedores de ningún respeto.

Nada de esto sería importante si no estuviéramos hablando del principal partido de Andalucía, el que lleva más de 30 años marcando su paso, el que nos ha traído hasta aquí, hasta este 37% de paro y que sigue empeñado en que de aquí no salgamos.

Y no, no somos todos iguales, y si alguien lo sigue pensando, que le eche un vistazo a los estatutos de Unión, Progreso y Democracia (http://www.upyd.es/contenidos/secciones/371/Estatutos).